La apuesta del déficit

Fuente Reporte Índigo 

Por Rodrigo Carbajal

 

El paquete económico para el 2015 propone elevar el nivel de deuda y conseguir un equilibrio presupuestal con el crecimiento de las reformas. Analistas critican la medida y advierten que México corre el riesgo de caer en una crisis similar a la de países europeos sobreendeudados.

Si hubiera que definir a la política económica del 2015 en una palabra clave, esa sería déficit.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha decidido incurrir en un déficit fiscal de 1 por ciento en el 2015, medio punto porcentual menos que en 2014.

El documento que establece los criterios de política económica de la SHCP señala que  “se propone financiar con déficit el faltante transitorio de ingresos para suavizar la trayectoria de gasto y no afectar la dinámica positiva que ha venido observando la economía mexicana desde el segundo trimestre de 2014”.

Sin embargo, existe una preocupación en relación a la eficiencia del estímulo contracíclico financiado con deuda.

El déficit público como porcentaje del PIB (Producto Interno Bruto) se elevó desde 2.3 por ciento en 2013 a 3.5 por ciento en 2014 y 2015.

El incremento contrasta con el pobre crecimiento económico de 1.1 por ciento en el 2013 y de un 2.7 por ciento esperado para este año.

Las percepciones sobre la magnitud real del déficit han generado fuertes críticas a la SHCP.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado estima que el déficit público real es de 4.2 por ciento del PIB.

Luis Foncerrada, director del CEESP, ha calificado al déficit fiscal como “una bomba de tiempo”.

La cifra de la SCHP de 1 por ciento del PIB es un dato parcial, ya que no considera la inversión en Pemex y en CFE, así como “proyectos de alto impacto”.

Al tomar en cuenta estos rubros, el déficit oficial proyectado alcanza 3.5 por ciento del PIB.

En entrevista con el diario El Economista, Luis Foncerrada dijo que hablar de un déficit de 1 por ciento es “una mentira podrida”.

El CEESP ha manifestado su preocupación respecto al riesgo que representa la política de deuda para la estabilidad macroeconómica del país.

La deuda pública neta de México pasó de 21.2 por ciento del PIB en 2008, a 38.8 por ciento del PIB en 2014.

Desde la perspectiva del organismo, el nivel de deuda pública podría rebasar el umbral de 40 por ciento del PIB.

En este sentido, se estaría siguiendo el camino de una crisis fiscal parecida a la que enfrentan Grecia, España e Irlanda.

Las razones de Hacienda

La SHCP considera que la coyuntura de bajas tasas de interés representa una oportunidad para adquirir financiamiento a bajo costo. Después de que la agencia Moody’s elevó la calificación de deuda soberana de México a A3 en febrero de 2014, el gobierno contrató deuda en los mercados internacionales a gran escala.

El caso más significativo fue la emisión de un bono mexicano en libras esterlinas a 100 años en el mercado de Londres.

Luis Videgaray, titular de la SHCP, declaró que la operación refrendaba la confianza de los inversionistas internacionales en el país.

Un reporte del Fondo Monetario Internacional sobre política fiscal argumenta que “muchos países pueden costear el uso de un déficit fiscal por periodos prolongados, siempre y cuando los mercados financieros y los socios comerciales estén convencidos de la habilidad del país para enfrentar y cumplir sus obligaciones”.

Hacienda calcula que existen ingresos faltantes de hasta 1.2 por ciento del PIB.

Esto lo atribuye a una caída de 7.1 por ciento en los ingresos petroleros, dada la caída esperada en la producción mexicana y en el precio del crudo.

La SHCP estimó un precio promedio de 82 dólares para 2015 y de 80 dólares para 2016. Actualmente la mezcla mexicana de exportación se encuentra en alrededor de 90 dólares.

México alcanzó niveles récord de recaudación (10.3 por ciento del PIB) este año, pero esto no fue suficiente para cumplir con las necesidades de la política pública del Estado.

Este es el argumento que ofrece Hacienda para defender su política de déficit fiscal .

Riesgo y promesa

La justificación principal del déficit es mantener un nivel de gasto público que mantenga a flote la actividad económica del país.

El enfoque de la política económica de Hacienda busca preparar el piso sobre el cual las reformas estructurales incidan en crecimientos a tasas superiores al 5 por ciento en los 5 años siguientes.

La autoridad fiscal busca reducir el déficit  medio punto porcentual cada año, hasta llegar a cero en el 2017 y mantener esa condición al menos hasta el 2020.

Al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto ,el gabinete económico se vio forzado a salir de la política inicial de cero déficit dada la debilidad observada de la economía.

Las tasas de crecimiento esperadas dependen en gran medida del nuevo marco institucional de las reformas estructurales.

El principal argumento que ofreció Moody’s cuando elevó la calificación de deuda de México se basó en el potencial y las expectativas de las reformas.

Hacienda estima que para que México crezca al 5 por ciento anual, las exportaciones y la inversión del capital tienen que incrementarse 7 por ciento cada año, mientras que el consumo interno también deberá crecer al menos 5 por ciento por año.

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