Puros cuentos chinos

(Fuente: El Norte, septiembre 1 2009)

Fernando Turner

Son cuentos que China anda bien.

Su crecimiento acelerado: 7 por ciento este año, 10 por ciento anual en los últimos 25. Que anualmente sacan de pobres a 100 millones de personas. Que este año el ingreso disponible por persona aumentó cerca de 10 por ciento, con todo y crisis. Que sobrepasó a Estados Unidos en producción de autos.

Son cuentos chinos que Shanghai se esté convirtiendo en un centro financiero y de transporte mundial. Son cuentos chinos porque ellos no tienen Banco Central autónomo, como nosotros. Porque su Banco Central tiene como función la de procurar el crecimiento y no, como el nuestro, controlar la inflación. Porque la política monetaria china es laxa para bajar el costo del dinero y lograr que la banca comercial, que es nacional -y, para rematar, del Gobierno- preste en medio año 1.04 billones de dólares, equivalente al PIB de nuestro país.

Porque su gobierno bajó impuestos y operó un programa de estímulos económicos de 600 mil millones de dólares, no como el nuestro, cuya preocupación es "la salud de las finanzas públicas" para seguir gastando improductivamente y sólo anuncia programas fallidos con montos insuficientes y exagerado burocratismo.

Porque hay inflación controlada, a pesar del crecimiento económico acelerado, debido a que la inversión total es del 45 por ciento del PIB y, consecuentemente, su productividad crece rápidamente evitando aumentos de precios. Porque el gobierno mantiene bajos los costos de energía a pesar de importarla.

Son cuentos chinos, porque mantienen su moneda subvaluada en 25 por ciento para reducir el consumo, aumentar la inversión, ser competitivos y lograr un superávit comercial que impulse el empleo. No como nosotros, campeones del libre comercio exterior, protegiendo monopolios y oligopolios internos, y utilizando las reservas para sobrevaluar la moneda y bajar, sin afectar a los "consentidos" y al Gobierno, la inflación, y así ayudar a que los chinos tengan el empleo que necesitamos los mexicanos.

Puros cuentos, porque tienen control cambiario y de capitales, mientras nosotros somos libres para gastar las divisas petroleras en bienes importados subsidiados, padeciendo los capitales golondrinos prohibidos en China.

Son cuentos chinos, porque mantendrán la política monetaria expansiva para no arriesgar el crecimiento y no limitarán los préstamos bancarios, cuando deberían concentrarse, como nuestros tecnócratas, en el equilibrio fiscal, la inflación, los créditos bancarios incobrables y las burbujas de precios de activos.

Cuentos. Se preocupan por crecimiento y empleo. Por el ingreso de la gente y la competitividad de sus empresas. Porque la banca preste suficiente a costos razonables.

Están mal. Les urgen las "Reformas Estructurales". Restringir el circulante. Aumentar impuestos.

Necesitan a nuestros economistas.

¿O serán cuentos chinos los de nuestros tecnócratas y sus corifeos?

El autor es presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes, A.C. ftd@katcon.com

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