Primer año de Peña: la cantidad y calidad de las reformas

Fuente: Excélsior.

El primer año de Peña será recordado como el de las reformas. Ha sido un gran éxito, si el criterio de evaluación es la cantidad de reformas aprobadas. Lo que está por verse es la calidad de dichas modificaciones constitucionales y legales y, por tanto, el impacto que tendrán sobre la economía del país.

Durante el primer año del gobierno de Peña se aprobó la misma cantidad de reformas que en 14 años en los que gobernaron cuatro presidentes: SalinasZedilloFox y Calderón. Se trata de un extraordinario récord que hay que reconocerle al gobierno actual. De 1993 a 2007 se aprobaron cinco reformas estructurales en materia económica: en 1993, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la autonomía del Banco de México; en 1997 se creó el sistema del ahorro para el retiro con las Afores; en 2006 se promulgó una nueva Ley de Presupuesto y Responsabilidad Fiscal y Hacendaria, y en 2007, la reforma a las pensiones del ISSSTE. En un año, el primero de Peña, se han aprobado también cinco reformas en materia económica: 1) de telecomunicaciones, 2) de competencia, 3) de contabilidad gubernamental, 4) de disciplina fiscal a los estados y municipios, y 5) financiera.

Insisto: en cuanto a número, el récord es impresionante. Ahora pasemos al otro criterio para evaluar las reformas, es decir, su calidad, para ver si el impacto será positivo, neutral o negativo en la economía.

De las cinco arriba mencionadas, la que ya está completa y podría tener un impacto positivo inmediato es la financiera, que recientemente fue aprobada en ambas cámaras. Esta reforma permitirá que los bancos cobren más rápidamente las garantías de sus préstamos inactivos, lo cual incentivará el crédito al sector privado. Con más crédito habrá más inversión y crecimiento. Un estudio de un banco mexicano calcula que la reforma financiera podría significar un crecimiento de hasta 0.75 más en el PIB mexicano del año que entra. Nada despreciable, si tomamos en cuenta que este año el país tan sólo crecerá en alrededor de un punto del PIB. En este sentido, la reforma financiera, de la cual se ha hablado poco, creo que sí será un éxito de esta administración.

Desafortunadamente, todavía no podemos decir lo mismo de las reformas de telecomunicaciones y competencia económica. Lo que aprobó el Congreso fueron enmiendas constitucionales. Falta la legislación secundaria que tendría que haberse aprobado estos días. Pero hay tantos temas legislativos en la agenda, que ya los diputados y senadores anunciaron que no cumplirán con el plazo legal y que las modificaciones a las leyes se harán hasta el año que entra. Así que tendremos que esperar hasta 2014 para poder evaluar si estas dos reformas efectivamente tendrán un impacto positivo sobre la economía. Con un detalle: mientras se siga retrasando la aprobación de las leyes secundarias en estas materias, las empresas del sector no invertirán por la falta de certidumbre, lo cual podría tener un efecto negativo sobre el crecimiento económico en el corto plazo.

Sobre las reformas de contabilidad gubernamental y de disciplina fiscal a los estados y municipios, en principio podrían tener efectos positivos para controlar el gasto desmedido, abusivo, improductivo y fraudulento de los gobiernos locales. Todo dependerá, empero, de cómo se implemente la nueva legislación y qué tanto se castigue a los que la incumplen.

A propósito no incluí en la lista de reformas de este año a la mal llamada reforma fiscal. Como dije en su momento, más que reforma se trata de otro parche a la legislación tributaria. Aquí me parece que el gobierno priista perdió al aliarse con el PRD de Los Chuchos aprobando una legislación que sube los impuestos a los que ya pagan y, sobre todo, que autoriza un mayor déficit público. Más que verle un efecto positivo en el largo plazo, veo con preocupación el regreso de las épocas de más deuda pública.

Tampoco incluí otra reforma que podría tener un impacto positivo sobre la economía en el muy largo plazo: la educativa. Todavía está por verse qué tan a fondo implementará el gobierno federal la nueva legislación para premiar o castigar a los maestros con base en sus evaluaciones.

Y finalmente está la madre de todas las reformas, la energética, que todavía tiene que aprobar el Congreso. A estas alturas no sabemos qué pasará. Tenemos que esperar.

Lo que sí podemos afirmar es que el récord de reformas estructurales aprobadas durante este primer año de Peña es impresionante en número, pero está por verse si resultarán de buena calidad y, por tanto, generarán un mayor crecimiento económico.