Paquete Económico: juego 
de espejos y señales

No hay nada espectacular en el Paquete Económico presentado por el Ejecutivo, no habrá una nueva reforma hacendaria y los criterios económicos van en línea con los momentos complejos que vive el país y el mundo.

Fuente: eleconomista.com.mx

Enrique Campos Suárez

Hay, evidentemente, muchos fuegos artificiales tras su entrega, porque así funciona la política. Desde el gobierno y sus partidos se habla de responsabilidad, altura de miras, tino y acierto. Y desde la oposición se habla de insuficiencia, carencia, inconsistencia, etcétera.

Lo que el gobierno buscó llevar de la mano de las diferentes propuestas fue un paquete de señales positivas para los mercados y para el resto de los agentes económicos.

El Paquete Económico presentado no estuvo exento de algún juego de espejos para hacer que luciera mucho mejor de lo que es.

Por ejemplo, incluir en el discurso de presentación del Presupuesto de Egresos del 2016 los recortes al presupuesto anunciados para el gasto de este año y que se supone están en proceso de aplicación.

Por eso es que el monto llega a la cifra espectacular de 221,000 millones de pesos. Pero la trampa del número está en la suma de los 124,000 anunciados para este 2015, ajustados del presupuesto aprobado en noviembre del 2014. Y el resto, algo así como 96,000 millones de pesos que sí se plantean en la propuesta para el 2016.

El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, fue impecable en su discurso al momento de hablar del tema, expuso el efecto combinado de los recortes en dos años diferentes.

Pero en la prensa, incluso los diarios “especializados” se fueron con la finta. Como esta línea leída en una portada: “(…) prevé un presupuesto austero sobre la base de un recorte al gasto de 221,000 millones de pesos con respecto al del 2015”. Debió decir: con respecto al del 2014. Pero de lo que se trataba era de jugar a los efectos, a los espejos, a no mentir sin decir la verdad.

Pero lo que más tiene son señales positivas, de ésas que caen muy bien en los mercados que viven atentos de la salud de los países emergentes.

Hay una disminución del déficit público de 4.1 a 3.5%, con todo y los requerimientos financieros de Pemex y la CFE, como se debe medir. Esto es congruente con un paquete que no presenta una reforma a los impuestos, que recorta el gasto, que tampoco se amarra las manos para ser disciplinado, pero que manda una señal en el sentido correcto.

Una señal que no tenía nada que ver con el Paquete Económico, pero que se dejó ver en el momento más adecuado, fue el anuncio de la propuesta de mantener a Agustín Carstens como gobernador del Banco de México. Es oxígeno puro en materia monetaria.

Otro caramelo cargado de buena vibra fue la propuesta de hacer modificaciones fiscales mínimas para beneficiar a algunos agentes económicos duramente castigados por la reforma fiscal vigente.

Y otra señal con juego de espejitos incluido es lo que en la prensa se anunció como la liberación de los precios de las gasolinas a partir del próximo año. Lo que tendría que suceder es que desde enero del 2016, si así lo aprueba el Congreso, habrá una banda de precio que se regirá por la suerte del mercado, pero con la tutela de papá gobierno para que los ciudadanos menores de edad vayan ensayando la economía de mercado en las gasolinas.

Entonces, sin sorpresas y con buenas señales y uno que otro espejito para magnificar la imagen.

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