¿Otro sexenio del empleo?

Más bien, lo que se necesita es un real sexenio del empleo, que no combata los rezagos que tenemos.

¿Cuál debería ser el ritmo de creación de empleos en el sexenio de Enrique Peña si se quisiera compensar por los empleos formales no creados en el sexenio de Calderón?

Para llegar a una respuesta, veamos primero algunas cifras.

La población económicamente activa aumenta a un ritmo aproximado de 1 millón de personas por año.

En los últimos 6 años, los empleos formales que se crearon fueron 2.25 millones, de acuerdo con los datos del IMSS. Puede estimarse que otros 500 mil habrían sido creados y registrados en regímenes de seguridad social diferentes al Seguro Social.

De esta manera, el déficit de empleos formales del sexenio actual habría sido de 3.25 millones.

Si considera la demanda derivada de los que ingresan a la PEA, que es de un millón por año, más 540 mil empleos anuales adicionales para compensar el rezago, sería necesaria la creación de poco más de 1.5 millones de empleos formales anuales en el siguiente sexenio para compensar el déficit de empleos de la actual Administración.

Esto significaría un ritmo de creación de empleos formales de alrededor de 7.5 por ciento, considerando que entre los asegurados al IMSS y otros Institutos hay cerca de 20 millones de personas.

Hasta ahora en México, el ritmo de creación de empleos formales ha sido cercano al crecimiento de la economía. Si esa regla siguiera, serían necesarias tasas de más de 7 por ciento en el crecimiento del PIB para alcanzar esta meta.

La elasticidad del ritmo de creación de empleos puede ser mayor que uno si hay un enfoque fuertemente orientado a las pymes.

Si consideramos que, por el impulso a las pymes, el empleo creciera 1.5 por ciento por cada punto de crecimiento del PIB, sería necesario un ritmo promedio de crecimiento del 5 por ciento en 6 años para enfrentar el rezago, un ritmo que no ha conseguido por mucho tiempo la economía mexicana.

Sin embargo, las cifras dan una idea del tamaño del reto que tiene la próxima Administración.

Aun si lograran aprobarse las reformas que se han planteado en numerosas ocasiones, que potenciaran el ritmo de crecimiento hasta 5 por ciento en promedio, aun así, sería necesario todo un paquete de políticas específicas de estímulos para la creación y crecimiento de pymes, pues si el dinamismo económico se apalanca sólo en las grandes empresas, no va a alcanzar ese impulso para generar el empleo que se requiere… con todo y reforma laboral.

Hasta ahora México no ha sido capaz de tener estrategias suficientemente robustas de creación y crecimiento de pymes.

Se requeriría alinear todos los incentivos para que esto ocurriera. Por una parte, lograr realmente una simplificación de trámites; luego, un conjunto de palancas financieras y fiscales muy fuertes para apoyar y, además, insertar a las pymes en las cadenas productivas de las más grandes.

Además, sería necesario todo un movimiento hacia la formación y capacitación de empresarios, que se convirtiera realmente en un cambio cultural para establecer toda una generación de emprendedores.

Se escribe relativamente fácil, pero hacerlo realidad es muy complejo, pues requiere decisión del Presidente y del Congreso, y una gran capacidad de ejecución para que los programas no se queden atorados en las burocracias o se deformen por la corrupción o el tráfico de influencias, como frecuentemente ha ocurrido.

Enrique Quintana
Grupo Reforma
enrique.quintana@reforma.com

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