No hay “atajos” para que México evite aumento al salario mínimo: WSJ; en 38 años perdió 71% de su valor

Fuente: Sin Embargo

 

 

Las autoridades federales no tienen “atajos” para aumentar el salario mínimo o fijar nuevos parámetros para que compense adecuadamente a los mexicanos que lo perciben y ayude a mejorar su economía, señalaron analistas. Según el diario estadounidense The Wall Street Journal, el de los mínimos se convierte ahora en uno de los mayores retos pendientes para la economía mexicana.

Destaca que a pesar de la estabilidad que se ha logrado no se han fortalecido los salarios para muchos mexicanos. Destaca que el salario mínimo ha perdido 71 por ciento de su poder adquisitivo desde 1976, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Entre los miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), México cuenta con el menor salario mínimo por hora, incluso comparado con países con ingresos similares per cápita como Turquía.

El salario promedio en México es de alrededor de 5 mil 400 pesos al mes y se ha quedado estancado en términos reales desde 1992. “No hay atajos: para aumentar los salarios, tenemos que crecer más, generar más empleos y tener trabajadores mejor capacitados”, expresó Carlos Elizondo, ex embajador de México en la OCDE.

El jueves, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, hizo su propuesta para elevar el salario mínimo federal de un promedio de 67 pesos a 82.86 pesos diarios a partir del próximo año, lo que representa un aumento de 23 por ciento, y que según los cálculos del funcionario es suficiente para comprar una canasta básica de alimentos.

La idea de subir el salario mínimo, algo que no se ha hecho en términos reales desde 1976, ha obtenido el respaldo de el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de izquierda y del Partido Acción Nacional (PAN) de derecha. El PAN incluso propuso organizar una consulta popular para que coincida con las elecciones del próximo año para permitir que los mexicanos decidan si el salario mínimo debería aumentar.

Sin embargo, el diario destaca que los más críticas hacia la propuesta son el Banco de México y los grupos empresariales, quienes argumentan dicen que un aumento en los salarios por encima de lo que se ha hecho en los últimos años, causará una mayor inflación y despidos de trabajadores, además de una pérdida de competitividad frente a rivales manufactureros como China.

Actualmente, según el Inegi, unos 6.5 millones de mexicanos, o 13 por ciento de la población que trabaja, gana el salario mínimo. México es el único país en América Latina cuyo salario mínimo se encuentra por debajo del umbral de pobreza. El PAN incluso propuso organizar una consulta popular para que coincida con las elecciones del próximo año para permitir que los mexicanos decidan si el salario mínimo debería aumentar.

El gobierno de Peña Nieto, que determina el salario mínimo cada año a través de una comisión, ha dicho que consideraría las medidas. Pero los altos funcionarios han dicho que el principal motor para aumentar el crecimiento económico son las recientes reformas estructurales para mejorar el sistema de educación y elevar la competencia en mercados clave como la industria petrolera y el sector de telecomunicaciones, destacó el rotativo. “Ser trabajador formal en México es un negocio malo debido a los sueldos bajos.

Los aumentos moderados incentivarían los empleos formales, y solo causarían un impacto único manejable en la inflación”, dijo a la publicación Gerardo Esquivel, un economista en El Colegio de México. Salomón Chertorivksi, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico de Ciudad de México y el cerebro detrás del plan de Mancera, según el WSJ, dijo que el objetivo final es garantizar que los salarios más bajos del país superen el umbral de la pobreza fijado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Eso implicaría subir gradualmente el salario mínimo a 171 pesos tan pronto como 2018, dijo, siempre y cuando la inflación se mantenga relativamente bajo control. Aunque los funcionarios públicos han argumentado que la baja productividad está detrás de los salarios bajos, Chertorivksi mostró datos del Inegi que indican que la productividad laboral en la pujante industria manufacturera aumentó 15 por ciento en los últimos 7 años, mientras que los sueldos cayeron 2 por ciento.

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