Las complicaciones que llegaron del norte

La mayoría de los expertos piensa que al mediodía del jueves 17 de septiembre la Reserva Federal habrá de iniciar su ciclo de alzas a las tasas de interés, tras casi siete años de dejarlas virtualmente en cero.

Fuente: elfinanciero.com.mx

Lo que sucede usualmente con estos procesos de incremento en el costo del dinero es que se contiene la expansión económica.

El problema es que la economía de EU no está avanzando rápido sino más bien a paso lento. El ciclo alcista conducirá quizás a que la economía norteamericana crezca apenas arriba de 2.0 por ciento anual promedio en los siguientes años.

Esto significa que, a menos que México gane participación de mercado en EU, sus exportaciones también van a crecer poco.

Ya vimos que en el primer semestre de este año las exportaciones manufactureras totales crecieron sólo 3.6 por ciento, y si se quitaran las automotrices, la cifra sería apenas de 0.8 por ciento.

Este cuadro es el que vamos a ver en los próximos años.

Otro ingrediente de complicación es que ante el alza en las tasas en EU tendrá que haber también un alza en las tasas en México, quizás incluso un poco mayor a la de EU, para evitar una salida desordenada de recursos de activos en pesos.

Y este hecho también pegará a la actividad económica en la medida que todos los créditos a tasa variable van a aumentar su costo, así sea levemente.

Otro problema que pega específicamente a las finanzas públicas es la caída de los precios del crudo (la mezcla cerró a 40.77 dólares el jueves), lo que no es un fenómeno de corto plazo, sino una tendencia que durará varios años.

Esto reduce los ingresos del sector público federal, y tiene un efecto negativo en la actividad industrial.

Por esa razón es que para los siguientes dos o tres años será determinante el comportamiento del mercado interno para la actividad económica.

En este entorno internacional tan complejo, quizás el mejor de los escenarios para México sea alcanzar tasas de crecimiento de alrededor de 3.0 por ciento y mantener ordenada su situación financiera, en tanto las reformas de energía y telecomunicaciones, logran hacerse sentir.

Y ese ritmo de crecimiento va a depender del mercado interno.

Por eso es que va a ser muy relevante cómo esté armado el paquete económico para 2016, que deberá ser presentado ante el Congreso en alrededor de un mes.

Todo indica que el martes 8 de septiembre habrán de anunciarse medidas que alienten la creación de empleos y la inversión productiva, precisamente para hacerle frente a este entorno tan complejo como el que describimos.

No sólo será relevante el impacto positivo que puedan tener sobre decisiones concretas de inversión, sino también su efecto en el estado de ánimo de los empresarios y de la gente en general.

Más vale que en los siguientes dos años encontremos la fórmula para conseguir que la economía mexicana crezca, así sea a tasas moderadas, pues de lo contrario existiría un caldo de cultivo idóneo para que en 2018 prosperaran propuestas populistas, que plantearan soluciones fáciles y milagrosas para los complejos problemas que enfrentamos.

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