La desafortunada desaparición de los Fideicomisos

Samuel Peña Guzmán

Desafortunadamente el Senado de la República avaló la iniciativa impulsada y apoyada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en donde se aprobó la desaparición de los Fideicomisos en México.

Con la mayoría de MORENA, el Senado ratificó el dictamen aprobado por la Cámara de Diputados, eliminando los 109 Fideicomisos con una bolsa presupuestal de poco más de 68 mil millones de pesos; mismos que podrán ser utilizados discrecionalmente por el Presidente de México.

Para que nos demos una idea, estamos hablando de más de 3 mil millones de dólares.

“La defensa de esos fideicomisos y de esos fondos era la defensa de la corrupción, así de claro. Por eso mi agradecimiento a los legisladores”, así lo externó el presidente en su conferencia de las mañanas desde Palacio Nacional. Realmente patético carente de todo sustento técnico.

La eliminación de los 109 Fideicomisos implica la eliminación y en algunos casos la modificación en la manera de operar los fondos de apoyo a distintos programas como el financiamiento de proyectos científicos y culturales, apoyo a programas deportivos, la defensa de los derechos humanos, el acompañamiento a víctimas de desastres naturales, entre otros.

El Presidente López Obrador repartirá los apoyos de manera directa, de manera discrecional, sin reglas de operación y evitará, según él, la corrupción. Como si el Presidente en su persona fuera un garante de evitar la corrupción; realmente patético, todo lo contrario, a los principios de transparencia y rendición de cuentas. Verdaderamente lamentable.

El Presidente ha externado en diversas ocasiones que “No les va a faltar recursos a los auténticos deportistas, a los auténticos investigadores, a los auténticos escritores, a los auténticos artesanos, artistas, creadores.

Valdría la pena que definiera a que le llama “auténtico”, ya que en realidad se refiere a una decisión discrecional carente de normas de operación y sujeta totalmente a la voluntad y discrecionalidad del Presidente, quien velará muy probablemente por sus intereses político-electorales de cara a las elecciones federales del 2021.

Los Fideicomisos fueron extinguidos sin presentar una sola prueba de corrupción. Independientemente de que pudieran existir, que no lo dudo; es un Juez y posterior a un debido proceso, quien como autoridad competente debe de determinar la existencia de los supuestos actos de corrupción, que insisto no dudo que existan, pero que erróneamente ha generalizado y extinguido a su satisfacción.

El Presidente y los Senadores de Morena han reiterado ante distintos medios de comunicación que para acabar con estas “estructuras paralelas” sin control que se fueron creando durante lo que ellos llaman, el periodo neoliberal, éstos fideicomisos fueron extinguidos a propuesta y voluntad de Morena y el Presidente de la República.

Adicionalmente, han reiterado que el objetivo de los fideicomisos era “manejar fondos públicos, dinero del pueblo, sin ser vigilado, fiscalizado, y para provecho personal”.

El mandatario pareciera desconocer que cualquier Fideicomiso creado ya sea ante la SHCP o alguna institución bancaria, posee reglas de operación claras.

Que los fideicomitentes y fideicomisarios deben de velar por el cumplimiento de las mismas normas de operación para los cuales fueron creadas.

No están sujetas a una decisión discrecional de adjudicación directa, como ha sucedido hoy en día, donde la actual administración ha adjudicado el 74% de los contratos gubernamentales, por medio de adjudicación directa.

El problema de Morena es que siguen fielmente al Presidente López Obrador, pareciera ser más una religión, que un partido político, ya que justifican a posteriori, las decisiones que toma su líder, sin ninguna lógica o técnica razonable que lo sustente. Es decir una lealtad a ciegas.

Si observamos, el Gobierno Federal ha ido tras los Fondos de estabilización, han aumentado los impuestos a la población cautiva, se han estado acabando los ahorros de hace más de 18 años de gobiernos anteriores para destinarlos a programas clientelares del presidente, otorgándoles dineros a las masas y seguidores de Morena.

El Presidente no ha entendido que se necesitan crear no solo más de 2 millones de empleos, sino más de 2 millones de empresarios y emprendedores que multipliquen los empleos. El sigue creyendo que sus programas clientelares crearon los empleos perdidos.

No le ha quedado claro que son las empresas las que generan empleos y no sus programas clientelares.

La lógica del presidente es que los apoyos deben de ir a las masas donde comprará votos para la campaña electoral del 2021.

Al final del camino, el Presidente no solo está mal gastando el dinero público, por su carencia de conocimientos económicos, como ya lo hizo evidentemente con proyectos como el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM), la refinería dos bocas, querer seguir produciendo cuando sus precios no lo justifican, o el tren maya, sino que además está luchando por conseguir más dinero para poder gastarlo libremente.

En días pasados, López Obrador ordenó como lo dijo con sus propias palabras “una auditoría amplia a todos los fondos y fideicomisos” para administrar correctamente los recursos que debe estar finalizada a más tardar en tres meses” y que frente a evidencias de corrupción, de mal manejo, se presentarán denuncias penales en la Fiscalía General de la República”. Creo que esta película ya la observamos anteriormente.

No hemos tenido detenciones sobre los supuestamente actos de corrupción del NAIM, los huachicoleros, o narcotraficantes cuando incluso los libera como el hijo del Chapo Guzmán o los supuestos actos de corrupción en la compra de medicinas, el caso de Lozoya por mencionar solo algunos ejemplos.

En conclusión; los fondos y/o apoyos que recibían los científicos, atletas, estudiantes, investigadores, niños con cáncer, las víctimas de la violencia, periodistas perseguidos por su labor profesional, los fondos de desastres naturales, prácticamente quedaron a la discrecionalidad única del Presidente la república.

Prácticamente la 4T y el presidente decidir cuándo y a quienes le deben de otorgar dichos apoyos y estará según López Obrador, neutralizada toda la corrupción. Es triste y patético lo que está sucediendo en nuestro país.

Pensar que el Presidente entregará de manera más honesta, sin reglas de operación por medio de la Tesorería de la Federación, es simplemente una falacia que o cuento infantil difícil de creer…

Miembro de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes (ANEI)

Fuente: https://www.eluniversal.com.mx/nacion/samuel-pena-guzman/la-desafortunada-desaparicion-de-los-fideicomisos