Desigual crecimiento

El crecimiento nunca ocurre por casualidad. Es el resultado de fuerzas que operan juntas.
-James Cash Penney


Fuente: elnorte.com

Sergio Sarmiento

RIVIERA MAYA.- México creció 2.1 por ciento en el 2014. La economía nacional, de hecho, se ha venido expandiendo a un ritmo promedio de 2 por ciento anual durante las últimas tres décadas.

Ésta se ha convertido ya en «la tasa mexicana de crecimiento», la que el País tiene de manera natural y constante, el fruto real de nuestras políticas económicas. Hemos podido acelerar el paso en algunos momentos, pero las crisis -la última en el 2009- no nos han permitido elevar la tasa promedio.

Dos por ciento al año apenas cubre el aumento de la población. No es un ritmo que asegure el desarrollo y que nos permita dejar atrás la pobreza. Nos condena a quedarnos donde estamos. Es la razón de que México se haya estancado en un periodo en que otros países, especialmente de Asia, han pasado de la pobreza a la prosperidad.

Quizá México se ve bien en este momento, por lo menos si se nos compara con otros países de Latinoamérica que hasta hace poco parecían haber despegado.

En el cuarto trimestre del 2014 Brasil se contrajo 0.2 por ciento, Argentina creció sólo 0.4 por ciento y Venezuela (tercer trimestre) se desplomó 2.4 por ciento (The Economist).

Otros países de la región, sin embargo, han demostrado que sí se puede crecer a un ritmo más rápido que el nuestro durante periodos prolongados. Chile ha sido el ejemplo más notable durante décadas, pero Colombia ha tenido buenos resultados en tiempos recientes.

Dentro de México vemos también grandes contrastes. Algunos Estados tienen tasas de crecimiento que igualan u opacan las de China y de otras naciones de Asia.

Querétaro, por ejemplo, creció 14.3 por ciento anual en el cuarto trimestre del 2014 (Índice Trimestral de Actividad Económica Estatal, INEGI); Aguascalientes, 14.2 por ciento; Guanajuato, 7.4 por ciento. Si fueran países serían ya protagonistas de reportajes internacionales que los presentarían como «milagros económicos».

Las caídas o el estancamiento de otros Estados nos arrastran a esa tasa mexicana habitual de 2 por ciento.

Circunstancias especiales explican las caídas de Campeche y Tabasco, de 7.1 y 2.5 por ciento en el cuarto trimestre, producto de la baja en la producción petrolera.

El desplome de Baja California Sur, de 6.8 por ciento, es consecuencia de la destrucción provocada por «Odile». Pero éstos son tropiezos temporales. Baja California Sur pronto verá una rápida expansión por los trabajos de reconstrucción.

Inquietan más los casos de Oaxaca, con una expansión de sólo 1.5 por ciento, o de Chiapas, con una baja de 1.7 por ciento. Guerrero engaña con un crecimiento de 4.8 por ciento, producto temporal de la reconstrucción tras el huracán «Ingrid» y la tormenta «Manuel» del 2013.

Los Estados más pobres, los que más necesitarían crecer, son los que están estancados.

Las entidades mexicanas que más se han abierto a la economía global, las que están recibiendo inversiones de la industria automotriz y la aeroespacial, están creciendo a buen paso. Las que insisten en permanecer en un mundo medieval se quedan atrás.

Incluso una Ciudad de México que se beneficia enormemente de la centralización tuvo en el cuarto trimestre una expansión de sólo 1 por ciento, muy abajo del promedio nacional.

Así como Latinoamérica incluye a países muy distintos en políticas económicas y crecimiento, la República Mexicana está compuesta de Estados que impulsan estrategias para crecer y de otros que parecen empeñados en aferrarse a la pobreza.

Querétaro, Aguascalientes y Guanajuato son los ejemplos para un país que quiere dejar atrás la tasa mexicana de crecimiento de sólo 2 por ciento al año.

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Dio inicio ayer la reunión regional latinoamericana del Foro Económico Mundial en la Riviera Maya. El Gobierno de Enrique Peña Nieto busca proyectar la imagen de un país abierto para la inversión y los negocios después de ocho meses en que la información sobre México en el exterior se ha centrado casi exclusivamente en la violencia.

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