La clase media es la respuesta para reconstruir a México
OPINIÓN / 13 julio 2025
por JOSÉ DE NIGRIS FELÁN
Sí, es importante el ‘primero los pobres’, pero no sólo para administrarlos. Hay que sacarlos del decil I o hacer que todos los deciles, especialmente del I al VIII, vean un salto considerable en el ingreso
37 a 100; 36 a 97; 16 a 43; 15 a 41: estos rangos son cantidades comparables en miles de dólares anuales de ingreso disponible para Estados Unidos, Alemania, Polonia y México, respectivamente, que determinan a un hogar de clase media, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (hogares con ingreso disponible de entre el 75 y el 200 por ciento de la mediana nacional). Es decir, si el ingreso mediano de los hogares de un país es de 30 mil dólares anuales, la clase media incluiría a hogares con ingreso disponible entre 22 mil 500 y 60 mil dólares.
Si alguien se pone a pensar en los números para México y si es correcto considerar “clase media” a un hogar con ingreso disponible de 30 mil dólares anuales (en la parte media del rango), seguramente habrá muchas dudas sobre las comparaciones con otros países y sobre qué es ser “clase media” en Estados Unidos o México. Los 30 mil dólares equivalen a poco menos de 600 mil pesos al año o 50 mil pesos (disponibles, libres de impuestos) al mes. Consideremos que eso se traduce en un ingreso bruto de unos 85 mil pesos mensuales (por familia), y podríamos empezar a cuestionar qué tan “media” es esa clase media mexicana y a diferenciar si esos 85 mil pesos mensuales le rinden igual a una familia en México comparada con una en Polonia o Alemania.
La familia de clase media mexicana tratará de pagar una escuela privada, un seguro de gastos médicos, mientras una en Polonia o Alemania estará contenta y bien servida con las escuelas y el sistema de salud públicos. La mexicana no usará el transporte público; las otras probablemente sí. A la familia mexicana le quitarán una tasa de impuestos igual o mayor que a las familias en los otros países, pero le regresarán niveles de seguridad y servicios públicos que, por lo general, serán muy inferiores a los de estos otros países.
Los datos de la OCDE pudieran diferir de las estimaciones y números que se publican en México, pero dan una idea direccional de dónde estamos y ayudan a entender cómo quienes se dedican a hacer modelos económicos e influencian las políticas económicas pudieran acabar con definiciones que distorsionan la realidad y las prioridades de un país.
Según la más reciente Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) publicada por el Inegi en 2023, en México un hogar tiene en promedio 3.43 integrantes y un ingreso (bruto) promedio de 63 mil 695 pesos al trimestre (cifra similar a la de 2016). Es decir, unos 255 mil pesos anuales que se traducen en alrededor de 13 mil dólares. (Ojo: aquí estamos hablando de promedios, mientras la OCDE usa medianas). Sin embargo, llama la atención que, en ese mismo estudio, el Inegi publica los distintos deciles por ingreso de los hogares, y ahí podemos ver que el decil más pobre, el decil I, percibe poco más de 13 mil pesos al trimestre, mientras que el decil V ronda los 43 mil pesos y los deciles IX y X se encuentran en 100 mil y 200 mil pesos, respectivamente. Es decir, el decil IX percibe ocho veces lo del decil I, pero el decil X percibe el doble que el IX.
Mientras alguien quiere poner en la agenda nacional temas como el de la gentrificación de colonias de la Ciudad de México, en realidad nadie sabe de qué tamaño es la clase media en México e incluso si quienes se consideran parte de ella verdaderamente lo son, pero solamente de manera relativa al compararse contra quienes son pobres. Por eso, hay muchos que siendo parte del decil VIII, IX o X, en su confusión o miopía, se sienten más identificados y cercanos a Ricardo Salinas Pliego o Carlos Slim (al grado de tomar sus causas y batallas como propias), sin saber que su nivel de ingreso está mucho más cerca de la pobreza extrema que del señor Salinas o Slim.
Si usamos los datos de la OCDE y del Inegi, pudiéramos llegar a la conclusión de que una cosa es estar en los deciles IV, V y VI o incluso en el VII y VIII de ingreso (los deciles de media tabla para arriba), y otra muy distinta el realmente ser una clase media comparable con la de países similares o más desarrollados que México.
Existen alrededor de 38 millones de hogares en México y me atrevo a afirmar que, por más que busquemos una definición internacional de lo que es la clase media, es muy probable que mucho menos del 25 por ciento de los hogares puedan ser considerados como verdaderamente de clase media; esa clase media que aspira a tener un hogar y coche propio, a tener un seguro de gastos médicos o una escuela privada, a tomar una vacación al año, que cuenta con una cuenta de ahorros o que tiene suficiente dinero para afrontar una emergencia de salud o laboral. Es ahí, en el tamaño y la calidad de la clase media mexicana, donde la actual y las previas administraciones han fallado y no se dan cuenta.
Me pregunto por qué nadie (gobierno ni oposición) se preocupa por reconstruir al país a través de políticas que provoquen un aumento serio y sostenido de la cantidad de hogares de clase media. Sí, es importante el “primero los pobres”, pero no sólo para administrarlos. Hay que sacarlos del decil I o hacer que todos los deciles, especialmente del I al VIII, vean un salto considerable en el ingreso. Esto solamente se logrará con crecimiento económico sostenido, con acceso al crédito, con impulso a la creación de empresas, con libre competencia, sin cárteles (económicos), con seguridad y sin corrupción. ¿Quién se animará a armar un Plan de Gobierno que se aleje de las buenas intenciones y se enfoque en la clase media como requisito necesario para sacar al país del bache y el letargo de la mediocridad económica?

Fuente: https://x.com/josedenigris/status/1944364547696890047?s=46&t=UxTa8HYtXIiNvkVhEd0J2g