Thomas Michael Hogg: La falta de escucha del gobierno federal

México tiene un futuro complejo pero tiene solución siempre y cuando el gabinete y la IP logren tener acuerdos para dinamizar la inversión privada y pública.

Es interesante ver al gobierno y primer ministro canadiense Trudeau apoyando a las pequeñas y medianas empresas durante la actual crisis. Su programa de apoyo incluye: soporte para empresas, evitar despidos, recontratación de empleados y creación de nuevos puestos de trabajo, subsidio salarial de emergencia, ampliación del programa de trabajo compartido, creación de oportunidades para los jóvenes, prórroga de los pagos de impuestos sobre la renta, préstamos sin intereses de la cuenta comercial de emergencia de Canadá, garantía de préstamo para pequeñas y medianas empresas, mecanismo de financiación de emergencia para grandes empleadores, apoyo a jóvenes empresarios y mujeres emprendedoras, medidas de socorro para empresas indígenas, apoyo a la industria del turismo, entre otros rubros.

La canciller alemana Angela Merkel también dio estos apoyos con un paquete holístico de ayuda para reactivar la economía, algo nunca antes visto en la historia. Es porque Merkel conoce la importancia de las denominadas empresas «Mittelstand» (Pymes y empresas familiares) que son la columna vertebral de más del 90 por ciento del PIB alemán.

Ahora, muchos argumentan que México no tiene las condiciones de Alemania ni de Canadá. Es cierto, aun así en una comparativa regional México permanece entre los cinco países de América Latina con el menor gasto público para contener el impacto de la crisis por el Covid-19.

El gobierno federal mexicano tiene que apoyar aún más y mejor al segmento de las Pymes. A parte de una mayor ayuda fiscal a corto plazo faltan programas de desarrollo profundo, incentivos para lograr que los negocios informales se vuelvan formales y faltan mejores capacitaciones sobre cómo participar en las cadenas globales de valor dentro del T-MEC. Además, el país carece de dar a las Pymes acceso a créditos con tasas razonables y competitivas. Lo importante también es qué tan rápido y bajo cuáles condiciones llegan los créditos. Según el Banxico el apoyo de los créditos a MIPyMEs y personas físicas que otorguen las entidades bajo el nuevo programa, serán proporcionados con base en las decisiones de los propios bancos, por lo que el banco central quedará excluido de toda responsabilidad.

Hace dos semanas durante la visita del presidente López Obrador a Nuevo León habló sobre los apoyos entregados a pequeñas y medianas empresas del Estado. Ante esto la Caintra mencionó que, si bien han llegado recursos económicos a Pymes por parte del gobierno federal, éstos no han sido suficientes para asegurar su supervivencia.

Ante cierta improvisación de análisis y síntesis en la toma de decisión sobre acciones y políticas económicas acertadas, el gobierno federal ha sido muy cuestionado en el ámbito nacional e internacional. En el más reciente informe del «US Department of State» se hacen declaraciones preocupantes sobre el clima de inversión en México. Los inversionistas informan que los cambios regulatorios, la débil salud financiera de la petrolera Pemex y una respuesta fiscal débil percibida de la crisis económica del Covid-19 han contribuido a la incertidumbre actual. El Informe de Riesgo Global del Foro Económico Mundial citó la dirección incierta de la política del gobierno de López Obrador como la principal razón detrás de la contracción en 2019 y el desempeño económico. Durante 2020, las tres principales agencias calificadoras (Fitch, Moody’s y Standard and Poor’s) rebajaron la calificación soberana de México (en un escalón a BBB-, Baa1 y BBB, respectivamente) y las calificaciones crediticias de Pemex (a estatus «junk»).

En general, una buena noticia es que México ha estado abierto a la inversión extranjera directa (IED) en la gran mayoría de los sectores económicos y siempre ha sido uno de los mayores receptores de IED en los mercados emergentes. La proximidad de México a Estados Unidos y el acceso preferencial al mercado estadounidense, la estabilidad macroeconómica, el gran mercado interno, la creciente base de consumidores y la mano de obra cada vez más calificada pero barata se combinan para atraer inversionistas extranjeros. Aún así, los recientes cambios regulatorios han creado dudas sobre el clima de inversión, particularmente en el sector energético.

Los muchos analistas economistas, inversionistas y empresarios de Pymes mexicanas con los que hemos hablado, reclaman al gobierno federal o mas bien al presidente su falta de escucha. En una encuesta que realizamos con mas de 150 Directores Generales en México, el 93 por ciento está poco satisfecho o decepcionado con la toma de decisión y las estrategias aplicadas por el gobierno federal.

¿Qué es lo que debe escuchar para transformar a México?

Primero, la mayoría de los inversionistas en México no son enemigos para el país, sino aportan en gran manera al desarrollo y la generación de empleo.

Segundo, no todo lo que hizo el «PRIAN» fue malo y es más, muchos empresarios íntegros de pequeños y medianos negocios ni siquiera tienen una inclinación o preferencia política. Sólo quieren que el gobierno y el Banco Central apliquen medidas que los apoyen en esta época. O más bien, que no les afecten aún más.

La proyección de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sobre el PIB, durante la semana pasada, es una muestra que el gobierno no considera un escenario realista ante lo que está pasando. La Secretaría está apostando a un crecimiento económico de hasta cinco por ciento del PIB para 2021 y proyectando que este año el PIB de México decrece solo ocho por ciento y así visualizando que la economía mexicana se desempeña mejor que la economía alemana en el 2020.

Tercero, hay que ver de primera mano los problemas existenciales y de liquidez, porque aunque quisieran, los empresarios ya no pueden dar empleo a todos en forma y tiempo. Entendiendo que sin empleos la economía y demanda nacional va a afectar al PIB tan severo como nunca antes visto. El gobierno mexicano debe escuchar a los pequeños y medianos empresarios en vez de dedicar tanto tiempo en las charlas mediáticas «mañaneras» día a día.

Cuarto, hay que saber que México puede estar en el «Top 8» de las economías más potentes del mundo siempre cuando logren participar en mayor y mejor manera en las cadenas globales de valor. México tiene todas las puertas abiertas porque como casi ningún otro país del mundo, ha firmado 13 Tratados internacionales de Libre Comercio que abarcan 50 países y 32 acuerdos de protección y promoción de inversiones recíprocas. Primeros pasos al fomento de la inversión están dados por concesiones o descuentos de tierras, las deducciones fiscales y a través de la financiación del desarrollo de la fuerza laboral. Son incentivos importantes y existen otros incentivos federales adicionales al comercio exterior como el IMMEX, una promoción que permite a las empresas del sector manufacturero importar insumos temporalmente sin pagar el impuesto general de importación ni el impuesto al valor agregado.

Al final, México tiene un futuro complejo pero tiene solución siempre y cuando el gobierno y la IP (Iniciativa Privada) logren tener acuerdos para dinamizar la inversión privada y pública.

Fuente: https://elfinanciero.com.mx/monterrey/thomas-michael-hogg-la-falta-de-escucha-del-gobierno-federal