Los «ajustes» de Hacienda

Fuente: La Jornada

Por Carlos Fernándz Vega

 

 

En la imaginaria de la Secretaría de Hacienda y suministro del año (ahora también calificado como uno de los principalespensadores globales, lo que confirma que ni la burla perdonan), en el primer bienio de Enrique Peña Nieto el PIB crecería a una tasa anual promedio de 3.7 por ciento, proporción que si bien no resultaba la octava maravilla, en algo ayudaría a revivir a la economía nacional.

La realidad, desde luego, nada tiene que ver con las mágicas creencias de la geniocracia, y en el periodo de referencia, si bien va,el producto interno bruto habrá crecidocomo promedio anual 1.6 por ciento, o lo que es lo mismo, menos de la mitad de la imaginaria de Luis Videgaray y sus muchachos, y nada con respecto a las urgencias del país.

El pasado viernes le preguntaron a uno de los integrantes del equipo del ahora pensador global, el subsecretario de Hacienda Fernando Aportela, el por qué de la diferencia abismal entre las estimaciones de esa dependencia del Ejecutivo y la realidad, a lo que el funcionario intentó responder que con el tiempo se van refinando los cálculos (de crecimiento) y se van sustituyendo algunas proyecciones por datos duros cuando se obtienen. Todas las estimaciones e incluso los datos que se presentan como duros, están sujetos a revisiones de tiempo en tiempo.

Y, cierto es, la revisión para arriba o para abajo es práctica común en estos menesteres. Sin embargo, la diferencia suele manejarse en un rango estrecho, y en algunas ocasiones, incluso, se trata de una mera discrepancia decimal, porque (Aportela dixittodas las agencias estadísticas del mundo, todas, revisan sus datos, y muchas instituciones presentan rangos de crecimiento en lugar de estimaciones puntuales de crecimiento, porque es una mejor práctica.

Qué bueno, pues, pero en el caso del pensador global y sus muchachos el problema es que la diferencia no es mínima, sino abismal. Por ejemplo, para el primer año delMéxico en movimiento (el sueño guajiro de EPN), en los Criterios Generales de Política Económica 2013 Luis Videgaray prometió un crecimiento de 3.5 por ciento, proporción que duplicaba la herencia maldita del calderonato (1.8 por ciento como promedio anual en el sexenio).

A lo largo de ese año, y cuatro recortes después (uno por trimestre), el prometido 3.5 por ciento se convirtió en 1.06 por ciento, de tal suerte que la distancia entre la estimación original y la realidad fue abismal: cerca de 70 por ciento, proporción que ni de lejos puede calificarse como pronósticosrefinados al paso de los meses.

Lo mismo ha sucedido en el transcurso de 2014. Por aquello de lasreformas ya aprobadas ofrecieron 3.9 por ciento de crecimiento económico, pero la cruel realidad, y siempre que al país le vaya de maravilla, tal proporción sería de 2.1 por ciento, es decir, casi 50 por ciento por debajo de lo comprometido originalmente.

Resultado concreto: con Enrique Peña Nieto y las riendas en las manos del pensador global la economía autóctona, como promedio bianual,crece menos que en el calderonato, lo que ya es decir, y si se amplía el comparativo, el avance resulta menor que en los cuatro sexenios previos. Sólo el de Miguel de la Madrid conserva la primera posición en estos menesteres.

Si en el comparativo se toma en cuenta sólo el segundo año de gobierno, entonces el de Peña Nieto también ocuparía la segunda posición (de abajo hacia arriba). La primera (en el mismo sentido) corresponde a Vicente Fox con 0.9 por ciento decrecimiento en 2002. De hecho, hasta Miguel de la Madrid reportó, en 1984, 3.41 por ciento de avance.

Entonces no se trata de merosajustes de cálculo sobre la marcha, de reestimaciones con datos duros, como dice Aportela, sino de la notoria aversión que el ministro del año y su equipo le tienen a la realidad. Si de repente la geniocracia se asoma a lo que realmente sucede en el país y lo toma en serio, igual atina a aplicar las medidas correctivas necesarias, pero como gobiernan con manual difícilmente sucederá

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