Carta al Senador Manlio Fabio Beltrones

Sr. Senador Manlio Fabio Beltrones:

Presidente de la Mesa Directiva de la H. Cámara de Senadores, LXI Legislatura.

 

El Consejo directivo de la ANEI ha dispuesto que se le envíe una comunicación a usted y a los distinguidos Senadores, con el objeto de exhortarlos a que dictaminen favorablemente la iniciativa de la Ley Federal de Competencia Económica que ha enviado la Cámara de Diputados a la atención del Senado.

En diversos estudios económicos de fondo que la ANEI ha realizado, se fundamenta con datos y cifras que la principal causa del estancamiento económico registrado en nuestro país durante los últimos 30 años es la monopolización y oligopolización creciente de la economía mexicana.

Esto puede considerarse la causa raíz del estancamiento y la limitación más importante que tiene la economía para generar adecuados niveles de inversión privada, empleo y productividad nacionales.

Como es de su conocimiento, la inversión privada en México es escasa (aún considerando la inversión extranjera), y sólo asciende al 15% del PIB, manifestando signos de decaimiento en las últimas tres décadas, especialmente en los últimos cuatro años. Sin una inversión privada superior al 25% del PIB, será imposible generar los empleos que demanda la cantidad creciente de ciudadanos que se integran a la población económicamente activa. Este importante aumento no podrá lograrse si los proyectos de inversión analizados por literalmente millones de empresarios en el País tienen una rentabilidad minada principalmente por la inadecuada relación de precios que existe entre los productos copados por los monopolios y oligopolios, y los productos libremente comerciables.

Los productos copados por los monopolios y los oligopolios son los que constituyen la canasta básica para producir: Energía. Telecomunicaciones. Materiales de construcción. Carreteras. Puertos.

Esta relación se observa claramente en la gráfica del Anexo A, en donde se podrá observar que en los últimos 30 años, los precios de los productos monopólicos y oligopólicos han aumentado 900%, mientras los productos liberalizados han aumentado un 550%. La brecha entre estos indicadores implica una enorme pérdida de rentabilidad y competitividad en muchos sectores de bienes comerciables.
Esta pérdida de competitividad se traduce en una reducción en el rendimiento del capital, lo que ha provocado el estancamiento y/o la salida masiva de empresas de estos sectores y la reducción de inversión en los mismos, causando una grave pérdida de empleos.

Es de notarse que los sectores de bienes comerciables son los más dinámicos en la economía nacional y  los que tienen el mayor nivel de productividad, por lo cual si éstos sufren una reducción en sus rendimientos, la competitividad y productividad de la economía entera se ve mermada, lo cual es precisamente lo que está pasando en México. Sin un crecimiento robusto de la productividad tampoco se puede lograr una mejora en los salarios reales de los pocos empleos remanentes.

Si tomamos en cuenta que la causa principal de la pobreza en México es la falta de aproximadamente 20 millones de empleos formales que debieron haberse creado de 1980 a la fecha, los que no se han producido por la falta de inversión mencionada, entonces podemos asegurar con hechos y números, que la principal causa de la pobreza en México es esta nociva falta de competencia interna, que lejos de disminuir, se manifiesta pervasivamente en cada vez mayores proporciones dentro de la economía nacional.

Si a esta arcaica práctica le añadimos la apertura comercial que nuestro país ha decidido llevar a cabo en las últimas décadas, de una forma absoluta e indiscriminada, entonces se podrá notar fácilmente la inoperatividad de mantener dicha apertura al exterior mientras persisten al interior los estancos y obstáculos a la competencia interna, pues esta pinza deprime aún más la factibilidad de emprender nuevos proyectos.

Nuestra Asociación representa la voz de cuatro millones de empresarios medianos y pequeños en el País, quienes producimos la mayor parte de los bienes y servicios de México.

Lo exhortamos a luchar por la reforma a la Ley Federal de Competencia en los términos aprobados por la Cámara de Diputados, debido a que una Comisión Federal de Competencia fuerte, congruente con la experiencia internacional, es el camino indispensable y correcto, considerando que los monopolios y oligopolios son organizaciones sumamente poderosas, que sólo podrán ser controladas y reguladas en beneficio de la Nación mediante un organismo empoderado legalmente para ser independiente, fuerte y eficaz.

Debido a la fortaleza de estas prácticas y estas organizaciones, solamente la soberanía nacional, representada en la Legislatura Federal por la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, puede limitar y eliminar esta malsana práctica premoderna, desgraciadamente muy común en nuestro país.

Es de hacerse notar que hace más de 100 años esta práctica fue efectivamente limitada en los EUA mediante la creación de Leyes Antimonopolio muy rigurosas y de organismos de control imparciales, apoyados por el poder público, solamente así se logró eliminar los “trusts” y acabar con la época de los “robber barons”, lo que inició el despegue industrial moderno norteamericano.

México requiere urgentemente poner fin al “capitalismo de cuates” que detiene su crecimiento.

Adicionalmente, los monopolios son nocivos para la economía debido a que la práctica de las políticas monetaria, fiscal y de comercio exterior, se fundamentan principalmente y suponen una economía de libre competencia y libre concurrencia.

Sin libertad en los mercados, las políticas monetaria, fiscal y de comercio exterior son virtualmente inhabilitadas para cumplir su función, y al practicarse como si los obstáculos mencionados no existieran, distorsionan aún más la economía mexicana, debido a que se endurecen las medidas de política económica para compensar las fallas reales, medibles, que introducen los monopolios y oligopolios en los mercados, generando desequilibrios que hacen permanente el estancamiento, el desempleo, la desigualdad  y la pobreza

Por ejemplo, en el caso de la política monetaria, el gobierno tiene que acentuar las limitaciones de liquidez y aumentar las tasas de interés para mantener una inflación artificialmente baja que no es causada por la economía en su conjunto, sino que es causada por la protección a los monopolios. Estas acciones, sin políticas prácticas de control de capitales, aumentan la sobrevaloración de la moneda.

En el caso del comercio exterior, la apertura comercial no se puede sostener debido a la falta de apertura interna, y la política fiscal no puede operar eficientemente debido a que estos monopolios extraen rentas excesivas sobre todo en las capas más vulnerables de la población.

Inclusive los programas de ayuda a los necesitados no operan adecuadamente, debido a que las rentas excesivas de los monopolios no pueden ser compensadas con transferencias federales cada vez mayores, por lo cual los subsidios a las clases desprotegidas se convierten en un subsidio indirecto a los monopolios.

Por otro lado, es un hecho que el Estado Mexicano se convierte en tributario de los mismos, al estar utilizando servicios y bienes con precios muy superiores a los de mercado en muchos países.

Los monopolios son nocivos porque impiden que el empresario mediano y pequeño ejerza su creatividad e impulso emprendedor debido a que depender de empresas monopólicas estatales y de oligopolios privados, hace que el fruto de sus esfuerzos y de sus riesgos sea eliminado o disminuido por las rentas excesivas que estos organismos detentan. Su única defensa es dejar de invertir en una virtual huelga de inversión, que no se acierta a evitar debido a la falta de un análisis riguroso respecto a sus causas.

Los monopolios son nocivos porque su impacto es regresivo en la sociedad, debido a que su efecto es proporcionalmente mayor entre la población más desprotegida. De acuerdo a estudios realizados, el mexicano promedio destina cerca de 40% de su ingreso en productos monopólicos u oligopólicos, pagando por ellos un 40% de precio excesivo, por lo cual su ingreso se ve mermado de 12% a 16% por esta práctica. Esta cifra es muy superior a la que el Estado tiene capacidad de ofrecer a estos ciudadanos desprotegidos mediante subsidios y/o transferencias directas.

Por otro lado, los monopolios y oligopolios son nocivos para el país debido a que deterioran sustancialmente la imagen de México como un país moderno y progresista, debido a la persistencia evidente de prácticas que en otros países han sido erradicadas, y que en el nuestro se ven como una práctica común, frecuentemente alentadas y motivadas por el propio Estado mexicano.

Esta imagen se afecta aún más al observarse la cercanía de legisladores y funcionarios del gobierno federal con los principales monopolistas y oligopolistas del país, en una relación impune que en otros países se vería como completamente indebida.

Finalmente, los monopolios y oligopolios son nocivos, debido a que detentan un creciente poder político, descomunal, que hace que nuestra democracia peligre o sea acotada al grado de hacerla ineficaz.

Es de todos conocido que el poder político de los monopolios, cuya existencia se debe a concesiones gubernamentales, se manifiesta tanto en ataques a la libertad de expresión como en el apoyo a candidatos a niveles municipal, estatal y federal, cuya fuerza radica únicamente en el poder económico y mediático de dichas instituciones.

Por otro lado, la ciudadanía percibe que los representantes populares y muchos funcionarios públicos están secuestrados por los intereses económicos de estos mismos monopolios y oligopolios, lo cual les impide actuar no en beneficio del bien común, sino protegiendo los intereses especiales que ellos representan.

Esto hace que nuestra democracia pierda lustre, y el ciudadano sea desalentado a participar en la misma.

Por todo lo anterior, nuestra Asociación, con todo respeto pero con toda firmeza, los exhorta a actuar con patriotismo y aprobar la mencionada Ley al igual que hizo la Cámara de Diputados, a la mayor brevedad posible, y con ello dar la muestra de que el Senado no se encuentra secuestrado por los intereses especiales que representan esos monopolios y oligopolios.

Asimismo, los exhorta a mejorar y ampliar el proyecto de Ley, estableciendo dentro de la misma, regulaciones estrictas a PEMEX y a la CFE para que su actuación sea limitada en beneficio del consumidor y del inversionista nacionales, y no manifiesten en su actuación diaria prácticas indignas, aprovechando el poder monopólico que les confieren las Leyes. El Estado Mexicano debe poner el ejemplo con sus empresas de que su actuación será basada en los intereses comunes, y no solamente en los intereses fiscales, sindicales o especiales que desafortunadamente tienen secuestradas a estas empresas.

La Asociación Nacional de Empresarios Independientes manifiesta la voz de los Empresarios medianos y pequeños de este país al hacerles este exhorto, y quisiéramos invitarlos para que con su ejercicio legislativo responsable dejen en el pasado actuaciones que se han considerado bochornosas, al pasarse leyes que apoyan a estos monopolios y oligopolios por nuestras cámaras legislativas, y que han sido causantes en gran medida del desprestigio que la Legislatura Federal tiene ante los Ciudadanos.

Igualmente, al darle lustre a la legislatura en la cual tienen ustedes el privilegio de participar, lograrán el apoyo de millones de electores a las causas de sus partidos y de sus candidatos, y evitarán el desprestigio personal e institucional de los mismos, al alinearse decididamente en este caso, a los intereses nacionales.

La ANEI tiene fe en el patriotismo, la valentía, el desinterés y la visión de estado de cada uno de ustedes. Debido a eso estamos enviando esta comunicación, y les manifestamos que estaremos muy al pendiente de la respuesta a la misma, tanto en el aspecto formal, como en la práctica de sus esfuerzos para impulsar la iniciativa mencionada, en la votación que se haga finalmente al respecto.

 

Atentamente, por el Consejo Directivo Nacional:

Fernando Turner Dávila, Presidente.
Asociación Nacional de Empresarios Independientes
Monterrey, Nuevo León, México, a 29 de Noviembre de 2010.

 

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