Adelantan reforma a extranjeros

Fuente: Reporte Índigo

Por César Cepeda

 Mientras discuten las leyes secundarias de la reforma energética en el Congreso de la Unión, filiales de Pemex y de la compañía Sempra Energy subcontratan extranjeros que ya laboran  en el Gasoducto Los Ramones.

El Gasoducto Los Ramones, en Nuevo León, confirma  -con o sin reforma energética– que gran parte del negocio de Pemex ya está en manos de grandes consorcios extranjeros y de un pequeño círculo de mexicanos que los subcontratan.

Las obras de este proyecto energético, estimado en 2 mil 500 millones de dólares, están a cargo –no de Pemex ni de sus polémicas empresas filiales- sino de constructoras y compañías internacionales que se dedican al negocio de los hidrocarburos en el mundo.

La constructora italiana Bonatti, la norteamericana Fluor Corporation y la brasileña Odebrecht, son las empresas que en realidad ejecutan el proyecto de infraestructura energética más importante del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto.

Estas firmas extranjeras fueron subcontratadas por filiales de Pemex y por otras compañías privadas, donde hasta arriba de “la cadena alimenticia” siempre aparece Sempra Energy.

Compañía dirigida en México por Carlos Ruiz Sacristán, exdirector de Pemex en 1994 y excompañero del actual director de la paraestatal, Emilio Lozoya, cuando ambos eran parte del consejo de administración de la constructora OHL.

Los subcontratos para los extranjeros fueron otorgados  por TAG Pipelines, S. de R. L. de C. V., filial de Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB) y también por Ienova, que a su vez está ligada a Sempra.

Pemex adjudicó a TAG Pipelines -sin licitación y de manera directa- los contratos para la construcción del Gasoducto Los Ramones.

Esta triangulación que realiza Pemex permite que el proyecto estratégico Los Ramones sea ejecutado por las empresas privadas extranjeras sin la vigilancia de los órganos fiscalizadores en el país, como lo es la Auditoría Superior de la Federación, la ASF.

Y todo esto ocurre mientras los legisladores mexicanos discuten en el Congreso de la Unión las leyes secundarias de la reforma energética y la apertura de Pemex hacia la inversión extranjera.

Bonatti: italianos en Los Ramones

El proyecto Gas Natural Los Ramones –la obra de infraestructura energética más ambiciosa que se ha iniciado en el actual sexenio- consiste en la construcción de un gasoducto de casi mil kilómetros.

Un ducto que inicia en Agua Dulce, Texas, y que concluirá en el municipio de Apaseo El Alto, en el estado de Guanajuato.

El plan de esta obra es importar gas natural desde el sur de Texas y abastecer a los estados de Nuevo León, San Luis Potosí, Querétaro y Guanajuato.

Los trabajos se esperan que estén terminados en su totalidad en el 2016.

El primer contrato de Los Ramones fue adjudicado el año pasado por PEMEX, sin licitación de por medio, a su empresa filial Gasoductos de Chihuahua.

Compañía que Pemex comparte hasta el 50 por ciento de las acciones con Ienova, filial de la compañía Sempra Energy en México.

Pero no es Pemex, ni TAG Pipelines, tampoco es Gasoductos Chihuahua, ni Ienova, alguna de las compañías que construye realmente el ducto que cruza los estados de Tamaulipas y Nuevo León.

Es la constructora italiana Bonatti, que trabaja desde hace tres meses, en la construcción de la primera etapa de este proyecto que comprende un tramo de 116 kilómetros, entre los municipios de Camargo, Tamaulipas, y Los Ramones, Nuevo León.

La empresa Bonatti S.P.A. firmó un contrato EPC (llave en mano) con TAG Pipelines, a quien Pemex asignó de manera directa el primer contrato.

Un convenio que transfirió a su vez a Gasoductos de Chihuahua.

Pero es Bonatti, una empresa multinacional que encabeza el empresario Paolo Ghirelli, la que realiza estos trabajos en el norte de Nuevo León y en la frontera con Texas.

El consorcio italiano tiene montados dos campamentos con sus ingenieros y trabajadores en la frontera con Estados Unidos: uno en la ciudad de Camargo, Tamaulipas, y otro en el municipio de China, Nuevo León.

Reporte Indigo publicó ayer que la construcción de esta obra ha provocado inconformidad entre pobladores y dueños de los ranchos de los municipios del norte de Nuevo León por donde cruza el gasoducto.

Los habitantes de estos municipios se quejan de que los trabajos de esta obra han ocasionado daños en las carreteras y caminos rurales.

También, existe molestia entre las autoridades municipales porque la empresa italiana no contrató –como lo prometieron las autoridades de Pemex- mano de obra de los municipios por donde cruza el ducto.

Odebrecht y Fluor en Los Ramones II

El año pasado Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB) declaró desierta la licitación para la construcción de la segunda fase del Gasoducto Los Ramones.

Las propuestas recibidas, según la empresa paraestatal, no cumplieron con los requisitos técnicos y económicos.

Entonces Pemex decidió dividir en dos el contrato de la obra y lo adjudicó de manera directa –como lo hizo en la primera etapa- a la compañía TAG Pipelines, S. de R. L. de C. V.

La compañía filial de Pemex entregó el primero de los contratos de Los Ramones II a Gasoductos de Chihuahua, que comparte con la compañía norteamericana Sempra Energy.

Y el segundo de los contratos de Los Ramones II, se lo otorgó a otra empresa filial que creó con la francesa GDF Suez.

Sin embargo, la segunda etapa de la construcción del Gasoducto Los Ramones estará a cargo de empresas extranjeras que se dedican al transporte de hidrocarburos en el mundo.

El primer tramo de la segunda etapa, conocido como Los Ramones Norte, lo construirá el gigante brasileño Odebrecht.

Fue la empresa brasileña –y no Pemex- la que informó la semana pasada a sus socios la adjudicación de este contrato que asciende a casi mil millones de dólares.

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